Si estás pensando en comenzar a practicar Tai Chi o bien te han hablado de esta disciplina y tienes interés en conocer más, quizás te hayas planteado esto. Pues bien, cuando ha habido algo realmente bueno para ti en tu vida ¿Te ha resultado fácil de alcanzar o te has tenido que esforzar? Seguramente te habrá supuesto un esfuerzo, pues bien, el Tai Chi es exactamente igual.

El Tai Chi no es tan fácil como parece desde fuera o nos han hecho pensar, lo que no quiere decir que no se pueda enseñar de manera sencilla, adecuándolo a cada persona, experiencia, cualidades y capacidad.

Todo lo anterior dependerá de la experiencia y la capacidad pedagógica del Maestro o instructor, pero siempre conllevará un pequeño esfuerzo que, según vaya avanzando el practicante, irá accediendo a movimientos y técnicas que conllevan un mayor nivel de detalle.

Los alumnos de Wu Xing Dao comienzan aprendiendo movimientos sencillos o bien, aquellos movimientos más complicados se desgajan en partes más sencillas para después unirlos por ejemplo y según van avanzando se va accediendo a nuevos conocimientos, detalles y aspectos tanto teóricos como prácticos que generan en el practicante un mayor interés por pasar al siguiente nivel de trabajo, el trabajo interno y de detalle.

Lo más importante no es conocer muchos movimientos, en ocasiones se piensa que el avance está en saber muchas formas o “taolus”, pero lo realmente importante es tener una buena base, trabajar bien buscando la perfección del trabajo externo e interno lo que da lugar a un mayor control de uno mismo, tanto físico como mental y espiritual. Es decir, no es cuantas formas de Tai Chi aprendamos en uno, tres, cinco años o X años, la realidad es que las que conozcamos y las ejecutemos diestramente, mostrando un mayor control de uno mismo, lo que llamamos MAESTRIA.

Esa Maestría, es lo que se siente y se desarrolla internamente, se muestra externamente y se transmite en la ejecución de dichas formas, pero también, en el aprendizaje personal más allá del propio Tai Chi.

Memorizar algo es sencillo, pero aplicarlo y ponerlo en práctica (una práctica correcta) conlleva trabajo, pero a su vez, una mayor satisfacción y mejora personal bajo los objetivos que nos hayamos propuesto y que pueden ser los que motivaron originariamente comenzar a aprender Tai Chi o bien además de esos, hayamos encontrado otros elementos motivadores, una vez vamos conociéndolo con mayor profundidad.

Próximamente en una de las entrevistas conoceréis el parecer al respecto de una de nuestras alumnas, Amelia Ochandiano, una gran profesional de la escena teatral Española a la que escuchar sus valoraciones sobre la práctica del Tai Chi y cómo lo enseñamos en Wu Xing Dao, nos causa una gran satisfacción ya que, como experta en su disciplina y su vinculación con la parte física, mental y emocional, entre otros, su opinión al respecto es todo un honor.